ABRAHAM HAROLD MASLOW
(1908-1970)
Abraham Harold Maslow nació el 1 de abril de 1908 en Brooklyn, Nueva York en una familia de emigrantes rusos de origen judío, siendo el primogénito de siete hermanos. En 1926 estudió derecho en el City College de Nueva Cork a instancias de su padre, pero el año siguiente trasladó la matrícula a la facultad de humanidades y ciencias sociales. La lectura de los capítulos de J. B. Watson en el libro Psicologías de 1925 le ganaron para la psicología científica. Admiró los esfuerzos de Watson por mejorar la condición humana, pero posteriormente se desengañó del conductismo al comprobar que sólo era útil para los laboratorios, y no para la vida común.
Durante el período 1928-1935 estudió psicología en la Universidad de Wisconsin, en el departamento dirigido por Clarck L. Hull (1884-1952). Además tuvo como profesores a William H. Sheldon (1889-1977), quien después desarrollaría su biotipología, y a Harry H. Harlow (1905-1981), uno de los mejores especialistas en la conducta de los primates. Maslow mostró también mucho interés por los cursos de filosofía, y se aficionó a la antropología gracias a Ralph Linton (1893-1953), quien por aquel entonces era profesor en Wisconsin (Gondra, 1998, p. 330)
Aprendió psicoanálisis con David Levy y Abraham Kardiner y más tarde con Erich Fromm, Karen Horney y A. Adler. (García y Moya, 1993, p.278) Por consejo de Hull. Maslow realizó su tesis doctoral con Harlow. En ella estudió con métodos observacionales las conductas de dominancia de los primates y su influencia en las conductas sociales y sexuales, llegando a la conclusión de que éstas eran el reflejo de la posición del animal en la jerarquía de dominancia del grupo (Maslow, citado en Gondra, 1936a; 1936b; 1936c) Con ello parecía confirmarse la tesis de Adler sobre la “protesta masculina” y el afán de poder. Maslow presentó un primer informe de la tesis en la convención de la APA de 1935, en una sesión presidida por E. L. Thorndike (1874-1949). Impresionado por el trabajo, Thorndike le ofreció una plaza de ayudante de investigación en el Instituto Educativo del “Teachers College” de Columbia, al que se trasladó en agosto de 1935.
Los años de Nueva York fueron cruciales para el desarrollo de su teoría. Aprovechando su trabajo en el “Teachers College”, Maslow entabló amistad con Ruth Benedict (1887-1948) y Margaret Mead (1901-1978), profesoras del departamento de antropología de Columbia, con quienes estudió antropología y que además le pusieron en contacto con Karen Horney (1885-1952), que acababa de llegar a Nueva York. Además, asistió A las CLASES de Alfred Adler (1870-1937) y frecuentó los cursos de Max Wertheimer (1879-1943), el fundador de la Gestalt, quien se erigió en su principal mentor intelectual (Gondra, 1998, p. 330). Además de recibir la influencia, también gestaltista, de Kurt Koffka en la New School of Social Research. (García y Moya, 1993, p.278)
En el “Teachers College”, Maslow colaboró con la investigación de Thorndike sobre la naturaleza humana y el orden social estudiando el componente hereditario de las conductas sociales. No viendo ningún sentido a la tarea, a finales de 1935 comenzó a investigar por su cuenta la sexualidad de los estudiantes y sus relaciones con la dominancia. Thorndike no puso ninguna objeción porque tenía una alta opinión de su capacidad intelectual. Al parecer Maslow había obtenido un C. I. de 195 en su test CAVD.
En febrero de 1937, Maslow dejó el “Teachers College para iniciar su docencia en el “Brooklyn College”, donde permaneció hasta 1951. En el verano de 1938, se trasladó a Alberta, Canadá, donde realizó un estudio de campo sobre los Indios Pies Negros. Para su sorpresa, constató que en esta tribu apenas había conductas hostiles, por lo que pensó que éstas eran producto de la cultura. Además comprobó que las semejanzas entre los grupos sociales eran mayores que las diferencias, y esto le hizo pensar en la existencia de tendencias comunes a todos los miembros de la especie humana.
En 1941, publicó un texto de Psicología anormal en el que recopiló las clases del curso de psicopatología impartido en el “Brooklyn College” (Maslow, Mittelman, citados en Gondra, 1941), pero para entonces su interés se había desplazado al estudio de la personalidad, sobre todo después del nacimiento de su primera hija y del estallido de la Segunda Guerra Mundial. La contemplación de la niña recién nacida, un organismo maravillosamente integrado, le alejó del conductismo y le aproximó a las tesis gestaltistas de Kurt Goldstein. Por otra parte, la guerra puso ante sus ojos el problema de la motivación: ¿qué buscan las personas en la vida?, ¿qué les lleva a algunos a seguir ciegamente a un tirano como Hitler?
En 1942, una observación de Wertheimer sobre ciertas conductas que escapan a las necesidades fisiológicas, como el juego o el gozo estético, le sugirió la existencia de unos motivos superiores propios del ser humano. Por otra parte, impresionado por la personalidad de Ruth Benedict y de Max Wertheimer, unos seres excepcionalmente buenos que parecían venidos de otro mundo, comenzó a estudiar las características de las personas plenamente actualizadas.
En 1943, Maslow propuso su teoría de la jerarquía de las necesidades en el artículo “Una teoría de la motivación humana (1943), donde habló por primera vez de la autoactualización (autorrealización). En 1946, una extraña enfermedad-un ataque al corazón no diagnosticado como tal-, le obligó a interrumpir el trabajo académico. A comienzos de 1947, Maslow se trasladó a un pueblo de California para descansar y ocuparse de la supervisión de una sucursal de la empresa de barriles de su familia. Una vez recuperado, en otoño de 1949 se reincorporó al Brooklyn College, publicando “Las personas autoactualizantes, un estudio de salud mental” (1950/1973), un artículo en el que describió a las personas que habían desarrollado su pleno potencial.
En 1951, aceptó la dirección del departamento de psicología de la Universidad de Brandeis, próxima a la ciudad de Boston, donde reunió un excelente plantel de investigadores, entre los que figuraba Ulric Neisser, uno de los pioneros de la psicología cognitiva. En 1945, publicó el libro Motivación y personalidad (1954/1975), probablemente su obra más importante y, a continuación, inició una etapa más filosófica (Gondra, 1998, p. 331)
Su estudio de la autoactualización representaba un intento de ir más allá de la psicología de la época con vistas a conocer mejor la naturaleza humana. En esta nueva etapa, Maslow intentó trascender los límites de la naturaleza humana para llegar a una visión más profunda de la realidad. De ahí su interés por las “experiencias cumbre” en la que las personas parecen vivir más intensamente la experiencia del Ser.
En 1962, Maslow publicó una colección de ensayos con el título Hacia una psicología del Ser. El libro tuvo un gran éxito popular y alcanzó una tirad de 200 000 ejemplares en un periodo de seis años. Poco después, en Religiones, valores y experiencias cumbre (1964), relacionó las experiencias místicas con la percepción de los valores superiores del Ser. Este libro fue seguido por otros como Eupsychian Management (1965), en el que aplicó los principios humanistas a la organización de la sociedad, y La psicología de la ciencia, un reconocimiento (1966), en el que abogó por nuevas estrategias de instigación que ampliaron los horizontes un tanto limitados de los laboratorios psicológicos.
En 1968, Maslow se reunió con Victor Frankl (1905-1997), Stanislav Grof (n. 1931) y otros psicólogos interesados por los estados excepcionales de conciencia con vistas a fundar una revista, el Journal of Transpersonal Psychology, cuyo primer número salió en 1969 bajo la dirección de Sutich. Elegido presidente de la APA en 1967, pensó en dedicar su discurso presidencial a las experiencias trascendentales, pero un ataque al corazón le impidió acudir a la Convención de San Francisco del año 1968; sin embargo, su prestigio contribuyó a dar respetabilidad al movimiento humanista.
Ante el deterioro de su salud y frustrado por el clima de agitación estudiantil que se había apoderado de la universidad, Maslow abandonó Brandeis y, en enero de 1969, se estableció en Menlo Park, California, para trabajar en la Fundación McLaughlin. Su intención era elaborar una psicología y una filosofía sistemática capaz de transformar la sociedad. Tal y como escribió:
“La psicología humanística, es una visión general y comprehensiva de la vida, una cosmovisión o filosofía de la vida que no es simplemente intelectual, sino también un modo de vida; un sistema de ética y de valores, de política y economía, de educación y religión; una filosofía de la ciencia y así sucesivamente. Una nueva imagen del hombre y una nueva imagen de la sociedad generan cambios en todos los aspectos de la vida humana y en todas las instituciones sociales que en último término son producto de la naturaleza humana…”
Maslow no pudo llevar a buen término estos sueños porque otro ataque al corazón terminó con su vida el 8 de junio de 1970. Sus últimos escritos fueron publicados después de su muerte en el libro La amplitud potencial de la naturaleza humana (1971/1982) (Gondra, 1998, p. 332)
OBRAS MÁS IMPORTANTES:
1. Motivation and Personality (1954):
En esta obra partiendo del estudio de la motivación propone como meta de la psicología la realización completa de la persona.
2. Toward a Psychology of Being (1962):
Compara el comportamiento motivado por deficiencias por el motivado por el deseo de desarrollarse. El que tiene un déficit atiende preferentemente aquellos aspectos que pueden satisfacer su necesidad, mientras el que contempla algo, sin necesitarlo, tiende a verlo tal como es en su totalidad de forma objetiva.
3. Religions, Values and Peak-Experiences (1964):
Analiza algunos aspectos más significativos de la autorrealización, como son las experiencias cumbre, los valores y la religión en su sentido etimológico de la relación con la trascendencia.
4. The Farther Reaches of Human Nature (1971):
Obra póstuma donde se recopila la obra de Maslow. Este libro analiza los temas fundamentales tratados por él: biología, creatividad, educación, sociedad, cognición, metamotivación, etc.
ANTECEDENTES PRINCIPALES PARA SU TEORÍA
I. RAÍCES FILOSÓFICAS:
Maslow hace referencia a las corrientes filosóficas del existencialismo y la fenomenología, que también son “espíritu de la época” en que se produce el movimiento humanista (García y Moya, 1993, p.267).
Se encuentran en su obra menciones a Bergson, Kierkegaard, Buber y Heidegger, entre otros. Al hablar de la psicología existencialista se refiere a dos cosas: “primero, es una ampliación radical del concepto de identidad y la experiencia de identidad como conditio sine qua non de la naturaleza humana.” Asegura que puede trabajar mejor con los conceptos de identidad y experiencia que con los términos de esencia, existencia, ontología y demás. Se percibe otra vinculación más con la filosofía heideggeriana en el empleo del concepto “elección” como la libertad que tiene el individuo para poder elegir una posibilidad entre varias; en el concepto de la autorrealización, que Maslow insiste en puntualizar como la necesidad que tiene el ser humano casi desde el nacimiento, deja entrever a Heidegger cuando afirma que “Lo que un ser humano puede ser, lo tiene que ser”.
La visión de que la naturaleza humana está en último extremo y en el fondo podrida y es mala hay que considerarla como proyecto personal, y no como una posición filosófica o psicológica bien meditada. Cuando recalca tanto lo bueno, no trata de ignorar lo malo o las caras negativas del ser humano, sino que —y esto asimismo es pensamiento existencialista— lo que interesa es que la percepción y atención de la psicología deben dedicarse en igual medida y con seriedad a ambos aspectos de la existencia humana (Quitmann, 1989, pp. 232-233).
Maslow acentúa que acepta también el “espíritu empírico y experimental” de los conductistas y “el desenmascaramiento y la investigación en profundidad” del psicoanálisis, si bien dirige sus ataque contra “las imágenes del ser humano que crearon”.
Se sirve —de acuerdo con su orientación filosófica— de una metodología analítico-holística que concede gran importancia al análisis de fenómenos aislados, pero que pretende simultáneamente haber analizado cada fenómeno aislado “como una expresión de todo el organismo”. Una característica esencial del análisis holístico de la personalidad es para él en la práctica, “que debe existir una investigación anterior o una comprensión de todo el organismo y que nosotros investigamos entonces el papel que juega nuestra parte del todo en la organización y la dinámica del organismo en su totalidad” (Quitmann, 1989, p. 235).
Maslow propone que se considere al hombre como punto de partida de la investigación y no a “objetos” cualesquiera, puestos por el hombre en el centro de la investigación. Intentar obtener conocimientos acerca de la persona como modelo y a partir de ahí crear paradigmas o modelos metodológicos, conceptualización de la filosofía y la epistemología. En este contexto menciona a Buber y toma su concepto del “yo-tú” como patrón de una base adecuada a una investigación del ser humano. En una relación así el que conoce está envuelto en lo que conoce, no está alejado, sino cerca, no le deja indiferente sino que reafecta, no carece de emocionalidad, se siente identificado con el objeto de conocimiento, al igual que él en un cierto grado. Muy parecido a la concepción que Rogers tenía de la relación terapeuta cliente, quien a partir de sus propias fuerzas encuentra soluciones y pasos hacia el desarrollo posterior de su personalidad.
En el rechazo de una ciencia libre de valores y abstracta, Maslow se refiere a las corrientes filosóficas de la filosofía existencialista (Buber y Kierkegaard) y de la fenomenología, que son para él un intento de volver a la vida misma, es decir, a la experiencia concreta sobre lo que deben basarse todas las abstracciones. Por este motivo, la ciencia no está reservada al científico, sino que otros también pueden descubrir la verdad y hay que animarlos a ellos con igual intensidad que al científico (Quitmann, 1989, pp. 236-237).
II. RAÍCES PSICOLÓGICAS:
Psicoanálisis:
Su propio análisis personal lo afectó profundamente y le demostró la tremenda diferencia que había entre el conocimiento intelectual y la experiencia real. Él creía que el psicoanálisis podía suministrar el mejor sistema para analizar la psicopatología e igualmente la psicoterapia existente.; sin embargo halló este sistema insatisfactorio como un psicología general para todo el pensamiento y la conducta humanas (Fadiman, 1999, p. 347).
Maslow reconoce la influencia de Adler a quien fue a visitar muchas veces a su casa y con quien mantuvo innumerables conversaciones (Goble, citado en García y Moya, 1993, p.268). Para Alfred Adler (1870-1937), todo hombre posee un incesante impulso de “abajo hacia arriba”, un “afán de perfección”, que debe realizar preponiéndose una meta u “objetivo final”, lo que conlleva un “estilo” o modo personal de vivir, que sólo tiene sentido si conduce al desarrollo del “sentimiento d comunidad”; en aquellas ocasiones en que su orientación está marcada por el “afán de dominio y superioridad” da lugar al “carácter neurótico” (Adler, citado en García y Moya, 1993, p.268).
Maslow aprendió psicoanálisis con E. Fromm, quien concibe al hombre como un ser capaz de superar la naturaleza animal y actualizarse a sí mismo como persona, al ejercer su libertad; esto lo logra conjugando la “individuación” (el hecho de ser él mismo, diferente de los demás) con la cooperación con los otros, mediante el amor y el trabajo compartido y creativo. Para él, el amor auténtico es una entrega desinteresada al otro, dentro de una auténtica relación humana, no mercantil; por otra parte, las personas se deben valorar no por lo poco que tienen, sino por cómo se han desarrollado como personas (García y Moya, 1993, p.268).
Psicología de la Gestalt:
Admiraba a Max Wertheimer, cuya obra sobre el pensamiento productivo está muy relacionada con los ensayos de Maslow sobre la cognición y con su obra sobre la creatividad, ya que concibe esencial para el pensamiento creativo y para la efectiva solución de problemas la habilidad de percibir y pensar en términos de totalidades y no sólo de partes aisladas.
Otra influencia profunda fue la de Kurt Goldstein con su libro The organism (1939), un neuropsiquiatra que insistía en el hecho de que el organismo es un todo unificado y que lo que sucede en cualquiera de sus partes afecta a todo el organismo. Él utilizó por primera vez el término de autorrealización (Fadiman, 1999, p. 347).
III. RAÍCES ANTROPOLÓGICAS:
Antropología social:
Maslow se interesó seriamente por la obra de antropólogos sociales como Malinowski, Mead, Benedict y Linton. Estudió con figuras interesadas por la aplicación de las teorías psicoanalíticas al análisis de la conducta en otras culturas. Se fascinó con el libro de Summer, Costumbres de los pueblos, y con el análisis que hizo éste de la forma en que la cultura determina la conducta (Fadiman, 1999, p. 347).
LA TEORÍA DE LAS NECESIDADES HUMANAS
En Motivación y personalidad (1954) y Hacia una psicología del ser (1968), Maslow distingue entre necesidades básicas (que para su satisfacción se precisa del medio, que ofrece los elementos necesarios para su equilibrio homeostático) y metanecesidades (que se refieren fundamentalmente al desarrollo de las potencialidades específicamente humanas que dependen en menor grado del exterior). Las necesidades básicas (fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima) son para él de deficiencia y las metanecesidades las denomina necesidades de crecimiento. Las necesidades se estructuran de forma ascendente.
Así, Maslow desarrolló la visión de una “jerarquía” de las necesidades, es decir, en cuanto las necesidades más básicas están satisfechas, “aparecen inmediatamente otras (y mayores) y éstas dominan el organismo (más a modo de hambre psicológica), y así sucesivamente (Quitmann, 1989, p. 219; García y Moya, 1993, p.280).
NECESIDADES FISIOLÓGICAS:
Las necesidades más básicas son las de supervivencia física, es decir, alimentación, bebida alojamiento, vestido, sexualidad, sueño, protección contra temperaturas extremas, estimulación sensorial, actividad y oxígeno, son las más importantes y necesarias para la vida. No todas las necesidades fisiológicas son homeostáticas. El deseo sexual, el sueño «cursivas nuestras», la actividad y el ejercicio, etc., no parecen tener un comportamiento homeostático. Tampoco sabemos como catalogar el hecho paradójico de que el organismo tienda a la inercia, la pereza y al menor esfuerzo junto a la necesidad de actividad, estimulación y búsqueda de emociones (García y Moya, 1993, p.280).
NECESIDADES DE SEGURIDAD:
Relativas a la protección, es decir, a sentirse seguro y libre de peligros. La sociedad moderna otorga una importancia creciente casi obsesiva a la seguridad. Frente a la inseguridad la sociedad moderna actúa preventivamente mediante instrumentos como los seguros privados de personas y bienes, mediante la Seguridad Social pública, la seguridad en el trabajo, regulación y vigilancia del tráfico, protección de la seguridad del ciudadano, tutela de seguridad jurídica, etc. Los adultos desean empleos estables, cuentas de ahorro, etc., también se adoptan ciertas religiones o filosofías para organizar sus vidas y darles un sentido de seguridad. En casi todas las sociedades occidentales se ha conseguido un ámbito de seguridad frente a los animales salvajes, las temperaturas extremas, la delincuencia, la tiranía, etc. (García y Moya, 1993, p.281).
NECESIDADES DE AMOR Y PERTENENCIA:
El amor no es sólo un flujo para que la vida se pueda desarrollar, es también un requerimiento social. El hombre necesita amar y ser amado. Estas necesidades suponen dar y recibir afecto. Cuando están insatisfechas la persona sentirá intensamente la ausencia de sus amigos, de compañeros o de los hijos. En la sociedad actual, en la que se han roto muchos de los lazos familiares tradicionales, el anonimato en que se vive dentro de las grandes unidades de vivienda, la desaparición de las interacciones sociales de persona a persona propia de la vida en las zonas rurales, han desarrollado más el deseo de pertenencia a grupos o sociedades en los que uno se siente integrado (García y Moya, 1993, p.281).
NECESIDADES DE ESTIMA Y DE ATENCIÓN:
El ser humano desea que se le atribuya cierto valor dentro de su comunidad, en el trabajo, en el hogar. El autorrespeto y el respeto que los demás le profesan representan una valoración positiva tanto de la persona como de su trabajo o actividad profesional. En este nivel al hombre le preocupa el ascenso, el éxito, el prestigio y la defensa de la situación social que ha conquistado. Si se fracasa en la satisfacción de estas necesidades pueden originarse sentimientos de inferioridad, de impotencia, y de debilidad que, a su vez, pueden dar lugar a compensadores neuróticos. La satisfacción de la necesidad de autoestima conduce a sentimientos de autoconfianza, valor, fuerza, capacidad y suficiencia, el sentimiento de ser útil y necesario en el mundo; sin embargo si no se satisface produce sentimientos de inferioridad, debilidad y desamparo (García y Moya, 1993, p.281).
NECESIDADES DE AUTORREALIZACIÓN:
Esta necesidad (tomada de Goldstein) Maslow la concibe como el deseo de llegar a ser cada vez más lo que uno es, según su llamada interior (García y Moya, 1993, p.281). Son las necesidades más superiores, y se refieren a las de crecimiento del ser, también conocidas como metanecesidades o valores O (de ónticos), y se consideran los siguientes (Quitmann, 1989, p. 220-222):
1. Totalidad (unidad, integración, tendencia a la singularidad, interconexión, simplicidad, organización, estructura, trascendencia de la dicotomía, orden)
2. Perfección (necesidad, just-right-ness, just-so-ness, lo inevitable, conveniencia, justicia, plenitud, lo deseable)
3. Cumplimiento (terminación, lo definitivo, justicia, haber acabado algo [it’s finished], realización, finis y telos, destino, fatalidad)
4. Justicia (honradez, regularidad, legitimidad, lo deseable)
5. Vida (proceso, non-deadness, espontaneidad, autorregulación, plena capacidad de funcionamiento)
6. Riqueza de contenido (diferenciación, complejidad, artificialidad)
7. Simplicidad (honradez, desnudez, esencialidad, estructura abstracta, esencial y esquemática)
8. Belleza (exactitud, forma, vivacidad, simplicidad, riqueza de contenido, totalidad, perfección, consumación, singularidad, honradez)
9. Bondad (rectitud, lo apetecible, lo deseable, justicia, benevolencia, honradez)
10. Singularidad (idiosincrasia, individualidad, incomparabilidad, novedad)
11. Facilidad (sencillez, sin gran fatiga, sin esfuerzo ni dificultad, atractivo, funcionamiento perfecto y maravilloso)
12. Juego o recreación (broma, alegría, entretenimiento, contento, humor, exageración, facilidad)
13. Verdad, sinceridad, realidad (desnudez, simplicidad, riqueza de contenido, lo deseable, belleza, puro, limpio, verdadero, integridad, esencialidad)
14. Modestia (autonomía, independencia, ser uno mismo también sin otros, que autodecide, que trasciende el entorno, separación, vivir de acuerdo con leyes propias)
15. Significación
16. Logro
17. Orden
18. Autosuficiencia (autonomía, independencia, no precisar de nadie más que de sí para se uno mismo, autodeterminante, trascendencia del medio, separatividad, vivir con las propias leyes) (Goble, 1980, p. 60)
Al igual que las necesidades básicas, las necesidades de crecimiento tampoco forman una jerarquía entre sí sino que están situadas con iguales derechos en un escalón. Sobre todas ellas se encuentra finalmente, la necesidad de “autorrealización” (self-actualization); sólo que esta necesidad puede tener valor hasta que los escalones de necesidades anteriores de la jerarquía estén satisfechos; para Maslow es algo así como la fuente de la vida, “un objetivo lejano hacia el que tienden todos los hombres, que conduce hacia la realización de las potencialidades de la persona, es decir, a volverse completamente humano, todo lo que una persona puede llegar a ser” (Maslow, citado en Quitmann, 1989, p. 222).
LA AUTORREALIZACIÓN
La autorrealización es el empleo y la explotación total de los talentos, capacidades, posibilidades, etc. (Maslow, citado en Fadiman, 1999); es una lucha del hombre por hacer realidad todas las potencialidades y por satisfacer sus ideales, supone escuchar nuestras propias voces, tomar responsabilidades, ser honestos y trabajar duro, descubrir quiénes somos, y qué somos, no sólo en cuanto a nuestra misión en la vida, sino también a través de trivialidades como que nos gusten o no las berenjenas (García y Moya, 1993, pp.281-282).
Un momento de autorrealización se concibe como definitivo cuando se distinguen las necesidades de desarrollo y superación de las necesidades básicas. A medida que se obtenga la satisfacción de las mismas, más fáciles y automáticas serán las decisiones que se tengan que tomar. La ignorancia es la raíz de las elecciones erróneas y desfavorables para un desarrollo humano pleno (Herrera y García, 2002, pp. 193-194).
Maslow fue el primer psicólogo que no realizó la investigación de la personalidad sobre la base de estudios en personas enfermas o mediante experimentos con animales, sino que quería estudiar la autorrealización, que había postulado como tendencia fundamental sana de la vida humana, en seres humanos que hubiesen alcanzado durante su vida esta meta. Pensaba que los psicólogos que investigan sólo personas enfermas o disminuidas, contribuyen a que la psicología esté prácticamente igual.
Estudió a 49 personas, maduras y realizadas, a quienes admiraba —personajes históricos y vivos tales como Lincoln, Jefferson, Einstein, Roosvelt, W. James, Albert Schweitzar, Buber, Rusell y otros— (Quitmann, 1989, p. 223); recopiló sus datos mediante información biográfica, preguntas a amigos y parientes, y en algunos casos mediante pruebas y cuestionarios a los sujetos mismos. Poco a poco Maslow elaboraba impresiones generales de cada persona, las cuales analizaba después en busca de elementos comunes (García y Moya, 1993, p. 283). Concluyó que en un 99% de los humanos los potenciales y las posibilidades de autorrealización ligados a ellos están casi baldíos porque su vida está repleta con la lucha por la satisfacción de las necesidades fundamentales; están completamente ocupados en “prepararse para la vida”, en lugar de “vivir” (Quitmann, 1989, p. 222). Solamente el 1% llega a la autorrealización y las causas de este fracaso se deben a que los seres humanos raras veces son conscientes de su potencial, y se suelen conformar con los estereotipos culturales en lugar de aspirar a metas más personales. Maslow creía que la necesidad de seguridad hace que el individuo tema aceptar riesgos y provocando que la persona se cierre a experiencias nuevas (García y Moya, 1993, p. 282).
Con el “análisis holístico” produjo 18 características con las que se pueden caracterizar tanto los seres humanos autorrealizados como también una “sociedad sana”, y son las siguientes (Quitmann, 1989, pp. 224-230):
1. Mejor percepción de la realidad y relaciones mas agradables con ella misma: pueden percibir mejor lo que es esto en lugar de los deseos, esperanzas, miedos, temores, de sus propias teorías u opiniones o de las de su grupo cultural, es la habilidad de ver la verdad, de penetrar la falsedad, el error, la hipocresía.
2. Aceptación (del sí mismo, de los demás, de la naturaleza): se aceptan a sí mismos con todas sus fortalezas y también con todas sus debilidades; aceptan las propiedades de la humanidad en él y otros de igual modo, así como las propiedades de la naturaleza. Con esto están estrechamente vinculados:
• la falta de defensa, camuflaje o pose
• el rechazo contra ese “amaneramiento” en los otros.
La mentira, malicia, hipocresía, papel, darse importancia de la forma usual, no están presentes en la persona autorrealizada.
3. Espontaneidad, sencillez, naturalidad: todos los seres que se autorrealizan son espontáneos en su comportamiento, no son artificiales ni tienen afán de notoriedad
4. Concentración en el problema: están orientados hacia los problemas y no hacia el yo, así no están excesivamente preocupados por sí mismos. Tiene una tarea en la vida, una misión, un problema fuera de sí mismos, en el que emplean muchas de sus energías.
5. La cualidad del desapego, la necesidad de privacía para el autogobierno: pueden estar solos sin daño y sin malestares para sí mismos, sin estar afectados por aquello que en otros crea conflicto El distanciamiento frecuente ligado a ello lo sienten sus familiares fácilmente como frialdad, esnobismo, falta de afecto, falta de amistad o incluso enemistad, pues no corresponde a la norma.
6. Autonomía, independencia de la cultura y del medio, voluntad, personas que obran de forma activa: cuando la motivación de crecimiento se sitúa en el centro del desarrollo posibilita una independencia en forma de estabilidad relativa frente a los golpes duros, las privaciones, las frustraciones y otros. Al contrario, los que no se autorrealizan necesitan de los demás para satisfacer sus necesidades básicas, por ejemplo, de amor, seguridad, atención, prestigio, etc.
7. Aprecio permanente o estimación no utilizada: sobreestiman constantemente, sin utilizarlos y de manera ingenua, los bienes de la vida con veneración, alegría, sorpresa e inclusive éxtasis, por muy pequeñas que esas experiencias sean para los demás, en contraposición con experiencias que sólo dan valor a las cosas cuando son ventajosas, provechosas o implicadas con el yo. Maslow lamenta que la mayor parte de los seres humanos no sean capaces de valorar los logros de la sociedad ni lo individuales, sino hasta que se han perdido, pone como ejemplo la muerte de familiares y amigos, a los que se les ama y valora más tras su muerte que en su vida.
8. Experiencias místicas y experiencias cumbre: conocen las experiencias místicas, de naturaleza más o menos religiosa u otra. Las describe como sensaciones de horizonte ilimitado que se abre a la visión, al sentimiento de ser simultáneamente más poderoso y también más desvalido que antes, al sentimiento de mayor éxtasis y veneración y gran sorpresa, la pérdida del sentido para la posición en el tiempo y en el espacio. Los que tiene experiencias cumbre parecen vivir fuera del área del ser, de la poesía, de la estética, de los símbolos, de la trascendencia, de la religión de tipo místico, personal y no institucionalizada, y de la experiencia final.
9. Sentimiento de afinidad con los demás, de comunidad: sienten por el ser humano un sentimiento profundo de identificación, simpatía y afecto a pesar de un ocasional disgusto, impaciencia o asco. Son comprendidos por pocos de sus congéneres, lo que conduce a que estén tristes, desesperados e incluso coléricos sobre las deficiencias de los seres humanos promedio.
10. Relaciones interpersonales más profundas: son capaces de más afecto, mayor amor, más perfecta identificación y de retirar la frontera del yo más de lo que los demás seres humanos consideran posible, tienen estas relaciones sólo con pocos individuos.
11. Estructura democrática del carácter: pueden ser amables con todas las personas de cualquier carácter y lo son, independientemente de su clase, educación, credo político, raza o color de piel. No parecen darse cuenta de las diferencias obvias para otras personas. Están abiertos y a favor de aprender algo de cada uno.
12. Discriminación entre los medios y los fines, entre lo bueno y lo malo: muestran una fuerte inclinación ética, tienen normas morales definitivas, hacen lo correcto y no lo erróneo, baste decir que no coinciden en lo convencionalmente establecido.
13. Sentido filosófico, no hostil del humor: no se ríen con los chistes que hieren a otros, con los chistes de superioridad (de otro) o los de rebelión contra la autoridad (los menos divertidos, edípicos, chistes sucios); su humor es más bien del que provoca una sonrisa en vez de una risa, un humor espontáneo y no planificado. El ser humano medio califica al autorrealizado como sobria y seria.
14. Creatividad para la autorrealización: muestran originalidad o capacidad de invención, distinto de las capacidades del genio, pues es una potencialidad que todos los seres humanos reciben al nacer. Por desgracia, se pierde a causa de la adaptación, aunque se puede volver a recuperar más tarde.
15. Resistencia a la adaptación, la trascendencia de toda cultura particular: no están bien adaptados, sin embargo, se mueven dentro de las reglas de cada una de las culturas, ya que la aceptación tolerante de las inofensivas costumbres populares no significa su identificación con ellas. No son impacientes en lo que respecta a los cambios sociales necesarios, no se oponen a las luchas en sí sino a la lucha ineficaz.
16. Las imperfecciones de los seres humanos que se autorrealizan: muestran muchos de los pequeños defectos humanos, pueden ser aburridos, testarudos e irritantes; no están libres de una vanidad superficial, de orgullo, de toma de partido por sus obras, su familia, amigos e hijos. Las expresiones de ira no son infrecuentes. A menudo conmocionan a otos (incluso conocidos y amigos) con una inesperada falta de escrúpulos.
17. Valores: Maslow determinó que lo que define a un valor está vinculado con la aceptación, así muchos problemas se vuelven superfluos; muchas de las cosas que tienen apariencia moral, ética y valor son simplemente un producto secundario de la psicopatología de la medianía que penetra por todas partes.
18. Eliminación de las dicotomías: desaparecen las polaridades, y las contradicciones se pueden considerar fundidas en el interior unas con otras, para dar lugar a una unidad. Las consecuencias para una sociedad, cuya estabilidad descansa en el cuidado de dicotomías, son brutales pues un hombre es simultáneamente bueno y malo, activo y pasivo, serio y lleno de humor, místico y realista, y no se encuentra en contradicción, sino en acuerdo, y miles de dilemas filosóficos serios tienen de pronto más de dos aspectos, o paradójicamente ninguno.
PRÁCTICAS QUE CONDUCEN A LA AUTORREALIZACIÓN (Maslow, 1967):
1. Experimentación total, vívida y desinteresada: animar a que cada vez se absorban más en algo los pacientes y que olviden sus poses, sus defensas y su timidez, que se entreguen por completo, siendo altruistas no arrogantes.
2. Elección progresiva hacia el desarrollo: realizar la elección del progreso en vez de la del temor, de manera constante
3. Dejar que el yo aflore: escuchar las voces impulsivas internas, no la voz introyectada de los padres o la voz del estado de las cosas, de los mayores, de la autoridad o de la tradición.
4. Ser sincero: en caso de duda debemos de mirar dentro de uno mismo, asumir esa responsabilidad antes de responder
5. Atreverse a ser distinto: implica perder popularidad y no ser conformista, ser valeroso y perder el miedo ante los demás
6. Emplear la propia inteligencia: puede consistir en atravesar un periodo arduo y exigente de preparación, con el fin de realizar las posibilidades propias, ser tan bueno como se pueda.
7. Disponer condiciones para las experiencias cumbre: preparar situaciones para que éstas sean más probables, supone también el hecho de saber cuáles no son nuestras potencialidades para descubrir lo que somos en realidad, pues también podemos, pervertidamente crear las condiciones para que no se den esas experiencias
8. Reconocer las experiencias cumbre: como casi todo el mundo las tiene, pero no todos la conocen, es preciso ayudar a que identifique esos pequeños momentos de éxtasis
9. Averiguar quién es uno: conocer qué nos gusta y qué no, qué es bueno y qué es malo, adónde vamos y cuál es nuestra misión (significa exponer la psicopatología), asimismo implica desentendernos de nuestras defensas, por dolorosas que sean.
EXPERIENCIAS CUMBRE
Sin embargo, los “que no se autorrealizan”, también hacen a lo largo de sus vidas frecuentemente experiencias que abren ante ellos también la sensación de la autorrealización: las experiencias cumbre. “El logro de la satisfacción de la necesidad nos da muchas experiencias cumbre, cada una de las cuales es absolutamente placentera, perfecta en sí misma y no necesita más que de ella misma para dar validez a la vida” (Maslow, citado en Quitmann, 1989, p. 223)
Se refiere a los mejores momentos del ser humano: los momentos más felices de la vida, las experiencias estéticas profundas, el éxtasis creativo, los momentos de amor maduro, las experiencias sexuales perfectas, etc. De acuerdo con los que las han atravesado, son iluminaciones, características verdaderas y auténticas de la realidad que la ceguera anterior había ocultado. El afecto es el principal componente de esas experiencias (Herrera y García, 2002, p. 197).
Las experiencias cumbre consisten en momentos especialmente alegres y emocionantes en la vida de cada individuo, son producto de intensos sentimientos de amor, de participación en el arte o la música o de una experienciación de la belleza abrumadora de la naturaleza.
Una experiencia cumbre es una “elevación”que puede durar unos minutos o algunas horas pero rara vez más tiempo. Maslow también analiza una experiencia más estable y duradera que denomina “experiencia de meseta”, la cual consiste en una forma nueva y más profunda de ver y experimentar el mundo. Maslow la experimentó personalmente después de su primer ataque cardiaco (Fadiman, 1999, p.353).
DESARROLLO PSICOLÓGICO
Se enfoca en la sucesiva satisfacción de las necesidades más “superiores” y más satisfactorias, mediante la autorrealización; implica que la primera frustración de una necesidad puede fijar al individuo en ese nivel de funcionamiento.
La búsqueda de las necesidades superiores es en sí un índice de la salud psicológica, porque el individuo ha superado un nivel de deficiencia del funcionamiento.
OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO:
El proceso de la autorrealización puede estar limitado por:
I. Las influencias negativas provenientes de experiencias pasadas y los hábitos que de allí resultan, los cuales nos mantienen encerrados en las conductas improductivas. Un medio destructor o una educación autoritaria rígida pueden conducir fácilmente a patrones de hábito improductivos basados en una orientación deficiente.
II. La influencia social y la presión de grupo, la cual a menudo va en contra de nuestro propio gusto y juicio. Disminuyen la autonomía y sofocan el juicio independiente del individuo. Una sociedad puede inculcar una opinión distorsionada de la naturaleza humana.
III. Los hábitos inadecuados también inhiben el desarrollo, esto incluye la fármacodependencia o la bebida, la dieta inadecuada y otros hábitos que afectan en forma aversiva la salud y la eficiencia.
IV. Las defensas internas que nos mantienen fuera del contacto con nosotros mismos. Maslow agrega dos nuevos mecanismos de defensa a la lista del psicoanálisis:
a) DESACRALIZACIÓN:
Empobrecimiento de la vida mediante el rechazo a tratar cualquier cosa con una seriedad e interés profundos. Actualmente son pocos los símbolos religiosos o culturales a los que se les presta el cuidado y el respeto que de alguna vez gozaron y, en consecuencia, han perdido su poder de conmocionar, inspirar o inclusive motivarnos, por ejemplo la experiencia sexual ha perdido la capacidad que tuvo alguna vez de inspirar a los artistas, a los escritores y a los amantes pues se tiene una actitud más casual hacia el sexo (Fadiman, 1999, pp. 362-363).
En muchas personas, especialmente en los jóvenes, se ha dado un proceso de desacralización, un mecanismo de defensa ante la hipocresía de quienes defienden la justicia, la paz, la igualdad entre los hombres, y actúan de forma egoísta, injusta y opresiva. Los jóvenes suelen sentirse defraudados por unos padres que se sienten aturdidos acerca de los valores y, con frecuencia, están sencillamente aterrados con sus hijos a quienes nunca castigan ni les impiden hacer cosas que consideran malas. Ante esto, desprecian a sus mayores (en ocasiones con razón) y generalizan sus experiencias de modo que no quieren escuchar a ningún adulto, especialmente a los que utilizan las misma palabras que han oído de bocas hipócritas. Así que aprenden a reducir la persona a un objeto, se niegan a verlo de forma ascendente. Maslow piensa que se debe de volver a una desacralización en el sentido de ver a la persona “con el enfoque de la eternidad”, o verla desde la óptica sagrada de lo simbólico. Este camino es importantísimo para conducir a la persona hacia la autorrealización. Los jóvenes pueden decir que esto resulta muy anticuado pero para el que busca ayuda en este proceso, es muy significativo e importante y vale más que seamos capaces de responderles como psicólogos «cursivas nuestras» (García y Moya, 1993, pp. 284-285).
b) COMPLEJO DE JONÁS:
Es el rechazo a tratar de darnos cuenta de nuestras capacidades totales. Así como Jonás se esforzó para evitar las responsabilidades de hacerse profeta, así también mucha gente teme utilizar su capacidad hasta el máximo. Es común en muchos estudiantes que “aprueban” sus cursos utilizando únicamente una fracción de sus talentos y habilidades, y también entre las mujeres que han temido que una carrera llena de éxitos sea incongruente con la feminidad, y así ya no parezcan atractivas para los hombres (Fadiman, 1999, p. 363).
CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO
El ser humano posee una naturaleza esencial (es decir, una naturaleza real, propia tan sólo de él), una especie de esqueleto de estructura psíquica que se puede tratar y discutir igual que la estructura física, que tiene necesidades, capacidades e inclinaciones genéticamente ancladas, algunas de las cuales son patrimonio de toda la especie humana y traspasan todas las barreras específicas de la cultura y otras, sin embargo, caracterizan tan sólo al individuo. Estas necesidades son más bien buenas o neutras que malas (Quitmann, 1989, p. 231).
Al ser humano se le considera como una persona que busca, elige y decide, pero estas actividades suponen el grado de desarrollo personal medido en la sabiduría, la eficiencia y la eficacia. Ser fieles a nuestra naturaleza humana, no negarla es lo que Maslow llama “conciencia intrínseca”. El sufrimiento y el dolor son algunas veces buenos y deseables, vistos desde sus efectos; evitarlos puede ser una falta de respeto havia la integridad, la naturaleza intrínseca y el desarrollo del individuo (Herrera y García, 2002, p. 190, 193).
Un desarrollo completamente sano, normal y deseable consiste en realizar dicha naturaleza, establecer las condiciones y desarrollarse hasta la madurez a través de caminos que dicta esta naturaleza esencial oculta, tapada y que se ve con poca claridad y que ha de nacer desde el interior en lugar de ser conformada desde fuera (Quitmann, 1989, p. 231).
PSICOLOGÍA DEL YO
Maslow centra la psicología en el yo, por ello mira al interior del hombre, un yo que progresa hacia la perfección o total desarrollo humano, una psicología centrada, por tanto, en fines, metas y objetivos últimos. Las personas deben ser estudiadas como fines en sí mismas, no instrumentos o medios para investigar, las personas son sagradas, únicas, irrepetibles, de valor igual a cualquier otra persona.
La psicología debe estudiar las vivencias interiores de la persona tanto en sus aspectos positivos como en sus aspectos negativos. El concepto de vivencia se de entender como un proceso contemplado por la misma persona.
Los valores humanos, las actitudes, las necesidades y las motivaciones tienen un componente existencial-biológico, por ello es necesario tener en cuenta las diferencias individuales a todos los niveles: bioquímico, endocrinológico, neurológico y anatómico. Maslow integra dentro del yo tanto la interiorización personal como la socialización del individuo. De este modo se consigue el equilibrio interno y la armonía con las demás personas (García y Moya, 1993, p. 284).
MOTIVACIÓN Y METAMOTIVACIÓN
Maslow hizo una distinción, la motivación tiene que ver con la reducción de la tensión a través de satisfacción de las deficiencias o carencias y surgen de la fisiología humana como necesidades primarias. En cambio la metamotivación se refiere a tendencias de maduración, la conducta originada por las necesidades y los valores del desarrollo. A menudo toma la forma de una consagración hacia ideales o metas, a algo “fuera de nosotros mismos” (Fadiman, 1999, p. 355).
QUEJAS Y METAQUEJAS
Los diferentes niveles de necesidades que se frustran se corresponden con diferentes niveles de quejas; las metaquejas son expresadas por la deficiencia o falta de la perfección, la justicia, la belleza y la verdad. Son un buen indicador de “iluminación”, ya que si la gente se queja de falta de estética a su alrededor, ello significa que está relativamente satisfecha en lo que se refiere a necesidades básicas.
Nunca deberemos esperar el fin de nuestras quejas; sino solamente que adquieran un nivel superior (Fadiman, 1999, p. 356).
MOTIVACIÓN POR DEFICIENCIA Y POR EXISTENCIA
La motivación por deficiencia se refiere a la conducta orientada hacia la satisfacción de una necesidad que se ha privado o se ha frustrado. Ejemplos de ella son el hambre, el dolor, y el temor. Incluye la necesidad de cambiar el estado actual de las cosas porque lo creemos insatisfecho o frustrante.
La motivación por existencia se refiere primordialmente al gozo y la satisfacción presentes o al deseo de buscar una meta de valor positivo (motivación del desarrollo o metamotivación). En base a estas concepciones, Maslow (citado en Fadiman, 1999, p. 356-357) distingue entre:
1. conocimiento por existencia y conocimiento por deficiencia
2. valores por existencia y valores por deficiencia
3. amor por existencia y amor por deficiencia
EUPSIQUIA
Maslow acuño este término para expresar una sociedad ideal como una alternativa de la utopía, la cual, parecía demasiado imaginaria e impracticable. Creía que una sociedad ideal se podía desarrollar construyendo una comunidad de individuos psicológicamente sanos y autorrealizados. Todos los miembros de la comunidad se comprometerían a buscar el desarrollo personal y el cumplimiento de su trabajo, así como la satisfacción de su vida personal.
Pero inclusive una sociedad individual no producirá individuos autorrealizados, más bien permite o fomenta, estimula o ayuda, a lo que se encuentra en estado embrionario, a volverse actual y real. Maslow también analizó el sistema de administración psíquica o instructiva en contraposición a la autoritaria administración de los negocios (Fadiman, 1999, p. 358-359).
SINERGIA
Fue empleado originalmente por Ruth Benedict para hacer referencia al grado de cooperación interpersonal y armonía dentro de una sociedad. Significa una acción cooperativa de elementos que dan origen a un efecto total, la cual es mayor que todos los elementos tomados en forma independiente.
Maslow también habla de una sinergia en los individuos. La identificación con los demás fomenta una gran sinergia individual. Si el éxito de otro constituye una fuente de satisfacción sincera para el individuo, entonces la ayuda se ofrece libre y generosamente. Al ayudar al prójimo, el individuo también busca su propia satisfacción.
La sinergia también puede encontrarse dentro del individuo como una unidad entre el pensamiento y la acción. Forzarnos a actuar indica cierto conflicto de motivos; idealmente el individuo hace lo que debe de hacer porque quiere hacerlo (Fadiman, 1999, p. 359-360).
LA TERAPIA
Partiendo del concepto que se tiene del ser humano, la psicopatología resulta en general de la negación, el fracaso o la alteración de la naturaleza propia del ser, por tanto, todo lo que contribuye a un desarrollo deseable en la dirección de la realización de la naturaleza interna del hombre es bueno, y todo lo que la oprime, reprime o niega es considerado malo o anormal: lo psicopatológico es todo lo que perturba, reprime o altera la marcha de la autorrealización (Quitmann, 1989, p. 231). Las personas “enfermas” son personas que no son ellas mismas, personas que han levantado todo tipo de defensas neuróticas contra sí mismos. La verdad los cura, aprender a eliminar las represiones propias, a conocer el propio yo, a oír las voces del impulso, a descubrir la naturaleza triunfante, a alcanzar el conocimiento, la intuición y la verdad, es básico para su mejoramiento (Maslow, 1967). De esta manera la psicoterapia se concibe como cualquier medio que ayuda a llevar de nuevo a la persona a la senda de la autorrealización y del desarrollo a lo largo de las direcciones dictadas por su naturaleza interna (Quitmann, 1989, p. 232).
La carencia o frustración de las metanecesidades fomentan la metapatología, las enfermedades del alma que provienen, por ejemplo, de vivir entre mentirosos durante todo el tiempo y no poderse fiar de nadie. Metapatología, entonces significa una falta de valores, de significado y de plenitud en la vida (Fadiman, 1999, p. 356).
La actitud terapéutica que adopta Maslow es la del rechazo de los términos terapia, psicoterapia y paciente, así como el patrón médico que implican, pues se supone que la persona que acude a un asesor está enferma, abrumada por una enfermedad o malestar, y busca ser curada. Expresa que el asesor debiera ser aquél que ayude a fomentar la autorrealización de las personas, más que quien procura curar una enfermedad.
Para él, el modelo de ayuda debe de desaparecer ya que hace pensar que el asesor es una persona o profesional que conoce y alcanza, desde su posición privilegiada al pobre diablo de allá abajo, que no sabe. El asesor tampoco debe ser conceptualizado como un maestro en el sentido común de la palabra, porque los maestros se especializan y son buenos en la enseñanza extrínseca (consiste en añadir otra asociación y otra habilidad). El proceso de convertirse en el mejor ser humano posible, por el contrario, es aprendizaje intrínseco. De forma tal que el asesoramiento consiste en ayudar a la gente a que desarrolle sus mejores capacidades. Hace referencia a Adler al hablar del “hermano mayor”, la persona querida que toma la responsabilidad, trata de mejorar al menor, trata de hacer que sea mejor de lo que él es, dentro del estilo del más pequeño.
“Requerimos de metaasesores que ayuden a la gente con las necesidades del alma, provenientes de metanecesidades insatisfechas. Parte de nuestro cometido como asesores podría ser hacer conciente a la gente de esas necesidades, a la manera del psicoanálisis. A la postre quizá nos debamos considerar como asesores filosóficos o religiosos. Intentamos auxiliar a nuestros aconsejados a que se muevan y desarrollen en la autorrealización. La gente con mucha frecuencia se halla involucrada en problemas de valor”.
El asesoramiento no se refiere a decirle a la gente qué hacer, sino se trata de un descubrimiento taoísta, y entonces ayudar. Taoísta significa no interferir, no imponerse sobre el paciente. El buen terapeuta clínico ayuda al cliente a desenvolverse, a disolver las defensas contra su propio autoconocimiento, a recuperarse y conocerse (Maslow, 1967). Ama y cuida el ser o la esencia de la persona con quien trabaja.
CONTRIBUCIÓN DE MASLOW A LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
Maslow critica la ciencia ortodoxa y propone el humanismo para “rehumanizar” la ciencia y el conocimiento de uno mismo (Herrera y García, 2002, p. 190). Abraham Maslow es, desde el punto de vista histórico, el más importante de los representantes de la psicología humanista. Se opone a una psicología que no contempla al ser humano en su existencia total sino que, lo reduce progresivamente y lo divide en áreas de la personalidad y comportamiento en aras de la objetividad. Sabe muy bien de lo que habla, pues estuvo trabajando dentro del conductismo para después dejarlo para adscribirse a la construcción de una tercera fuerza de la psicología (Quitmann, 1989, p. 238).
Su obra es ante todo una recopilación de pensamientos, opiniones e hipótesis, más que un sistema teórico bien desarrollado (Fadiman, 1999, p. 345). Bajo la influencia de Goldstein, la base del trabajo teórico de Maslow es el convencimiento de la totalidad del organismo humano y su afán de autorrealización y crecimiento.
Deja claro que las necesidades biológicas pueden contribuir a la realización del ser humano, sólo unidas a las necesidades psíquicas como afecto, amor y reconocimiento. Así se opone a la dualidad cartesiana espíritu-cuerpo, la cual se contrapone al principio de la totalidad del organismo que se autorrealiza. En este punto coincide con Kurt Goldstein, Fritz Perls, Carl Rogers y Ruth Cohn. Conjuntamente Goldstein y Maslow expresan que el ser humano no despliega únicamente energía para evitar incomodidades y dolencias de su existencia, sino que realiza también pasos activos para obtener placer y felicidad.
Por tanto, la contribución específica de Maslow a la psicología humanística consiste en la enfatización que se le da al concepto de experiencia cumbre (uno de los aspectos que en los otros representantes no se encuentra o se menciona al margen).
Amplió la psicología humanística al hablar de la percepción mística y espiritual. Propone que las experiencias no accesibles a la razón (por ejemplo éxtasis, creatividad, meditación o telepatía) deben tomarse dentro del marco de la autorrealización con la misma seriedad que las experiencias racionalmente comprensibles.
El concepto de la experiencia cumbre tiene una función clave en la teoría masloviana, e implica componentes como:
1. Aquel que concibe las experiencias cumbre como componente “normal del mundo, percibe de forma unitaria; no separa una parte de su realidad subjetiva, sino que la une, posee sus propias leyes y no tiene que dejarse comparar ni asignar sobre la base del reconocimiento social o científico. Es una fusión corporal con el mundo durante un momento.
2. No es solamente un estado inhabitual de la conciencia, sino expresión de una realidad del ser humano, completa la realidad del individuo en un aspecto determinante sin el cual nunca podría adoptar un carácter unitario ni ser realmente jamás parte del mundo.
Lo que le importa es el trabajo y la investigación para la ampliación de la imagen del ser humano en psicología; ampliación en el sentido de permitir una percepción y experiencia en todas las áreas de la existencia (Quitmann, 1989, pp. 238-240).
En nuestros días es posible considerar la teoría de Maslow (a pesar de sus carencias) por el avance y evolución que ha tenido en las tres últimas décadas, en lo que se refiere a la concepción del mundo y del individuo en la psicología. Sin embargo, la evolución económica y los valores actualmente en crisis se convierten en una gran razón para revalorar lo “trascendente”, que desde su perspectiva incluye la satisfacción de necesidades no materiales, hecho que se contrapone a la ideología de consumo propia de las sociedades capitalistas.
Pese a que Maslow recibe una educación cientificista ve la conexión del individuo con el mundo y la necesidad de atenderla para elevar la calidad de vida en una época de auge económico donde la mayoría de las personas tienen resueltas sus necesidades básicas (esto en el contexto estadounidense). Situación que explica la importancia que le otorgó a las necesidades no materiales (Herrera y García, 2002, p. 198).
Maslow anunció el desarrollo del nuevo campo de la Psicología Transpersonal, en el prefacio de su obra Hacia una psicología del ser:
“La tercera fuerza es transitoria, es el camino hacia una cuarta psicología, la psicología transpersonal, centrada en el cosmos, con el trasfondo de una filosofía de la vida que sustituya la religión y el sistema de valores vigente, un programa vital que las personas sumidas en la desesperanza desean alcanzar, algo superior a lo que respetar y en lo que confiar en un sentido nuevo, naturalista y empírico”
Anthony Sutich, definió a la Psicología Transpersonal como la investigación de las últimas capacidades y potenciales humanos (Sutich, citado en Fadiman, 1999, p. 361), capacidades que no tienen lugar en otros enfoque psicológicos. Incluye el estudio empírico de la religión y de la experiencia religiosa, la meditación, los ejercicios de respiración yoga y otras disciplinas espirituales. Otros temas dentro de este campo son la Parapsicología, las investigaciones sobre la naturaleza de la conciencia, la privación sensorial y las drogas (Fadiman, 1999, p. 361).
Una aportación importante de Maslow es desacralizar al terapeuta y colocar al paciente al mismo nivel, ambos con el mismo tipo de necesidades y con la misma capacidad de escoger; de forma tal que el paciente no sólo sabe algo sobre sí mismo, incluso tiene la capacidad para generarse otras opciones, esto mismo ocurre con el terapeuta. Son dos individuos que merecen respeto y que están en proceso de autorrealización (Herrera y García, 2002, p. 199).
Diversos experimentos clínicos han demostrado que las necesidades que Maslow describió son esenciales para la vida y el desarrollo humano óptimos. Los estudios en instituciones de niños que no reciben amor y atención adecuados muestran que ellos no se desarrollan en forma normal, aunque todas sus necesidades físicas estén satisfechas (Spitz, 1951).
La teoría de la personalidad de Maslow es de interés criminológico ya que al hablar de la personalidad nos referimos a una organización dinámica donde se conjugan factores cognitivos, afectivos y morfofisiológicos del individuo. Así, el conocimiento de la personalidad en su totalidad nos permitirá comprender cómo es el individuo y qué hará en determinadas circunstancias. Dado que cada persona tiene motivaciones diferentes de acuerdo a su historia de vida pasada, presente futura, sus necesidades y expectativas, es a través de ellas que podremos explicar la dinámica que llevó al individuo a presentar conductas antisociales.
BIBLIOGRAFÍA
1. Fadiman, J., Fragor, R. (1999). Teorías de la personalidad. México: Oxford University Press.
2. García V., Moya S. (1993) Historia de la psicología II, teorías y sistemas contemporáneos. Madrid, España: Siglo XXI.
3. Goble, F. D. (1980). La tercera fuerza, la psicología propuesta por Abraham Maslow. México Trillas.
4. Gondra, J. M. (1998). Historia de la psicología. Introducción al pensamiento psicológico moderno. Vol. II. Madrid, España: Síntesis.
5. Herrera, O. I., García A. J.(2002). Abraham H. Maslow: una visión humanista del ser humano. En: Mondragón, C. (coord.) Concepciones del ser humano. México: Croma Paidós, cáp. 14, pp. 189-199.
6. Maslow. A. H. (1967). Self-actualization and beyond. En: Bugental, J. Challenges of Humanistic Psychology. Nueva York: McGraw-Hill, pp.279-286.
7. Quitmann H. (1989). Conceptos fundamentales y trasfondo filosófico de la psicología humanista. Barcelona: Herder.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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